Joven madre dona órganos después de una larga enfermedad

“Ella siempre quiso ayudar a los demás”.

Aquejada de una rara enfermedad toda su vida, que le causó un deterioro progresivo de salud y calidad de vida, Brenda Castro finalmente estaba lista para dejarse ir. Tenía 22 años.

“Ella era la persona más dulce y cariñosa y todo el mundo la quería”, afirma su madre, Gloria, de Aurora, Illinois. “Fue la persona más fuerte en mi vida”.

Brenda dejó a una hija de cinco años, Zulema, a su prometido Andre y a una devota familia. Brenda estaba registrada como donadora de órganos, “lo que encarna el tipo de persona que era”, señala Gloria.

Gloria recuerda que después de que falleció Brenda, “Gift of Hope me dijo que yo podría cumplir su deseo. Que ella podría ayudar a otros. Yo dije que sí. Ella siempre quiso ayudar a los demás. Si yo le compraba una hamburguesa, ella me pedía que le comprara otra para poder dársela a alguna persona desposeída que viera en el camino”.

Fue todo un proceso dejar ir a Brenda y comprender su deseo de donar órganos, pero Gloria llegó a aceptarlo. Al ver de primera mano el bien que puede surgir en una tragedia y los beneficios de la donación de órganos, Gloria también se ofreció a ser donadora después de la muerte de Brenda, como lo hicieron también sus demás hijos. “Ellos están muy orgullosos de Brenda y quieren honrar su memoria”, declaró.

Brenda nació con una rara enfermedad que le causó un deterioro progresivo de salud y calidad de vida. Ella falleció cuando tenía sólo 22 años.

Aprender a soltar

Poco después de nacer, Brenda contrajo salpullidos continuos y altas fiebres. Seis meses después finalmente le diagnosticaron una rara enfermedad inmunitaria llamada histiocitosis. A lo largo de los años se sometió a diversos tratamientos, como quimioterapia e infusiones intravenosas de inmunoglobulina. Para cuando tenía 20 años, Brenda necesitaba oxígeno todo el tiempo y los médicos le dijeron que no sobreviviría sin un trasplante de pulmón.

Después de cuatro pasos en falso –en los que hubo pulmones disponibles pero resultaron no ser compatibles con ella–, Brenda recibió el trasplante de pulmón el 7 de abril de 2019. Ella se sintió mejor de inmediato y estaba emocionada de tener una segunda oportunidad en la vida, “el regalo de una persona que nunca conocimos”, comentó Gloria.

Pero después de tres meses, Brenda volvió a tener problemas para respirar y le dijo a su madre que ya no podía seguir adelante. Gloria recuerda que su hija le dijo: “Yo conozco mi cuerpo y no está respondiendo. Estoy cansada de agujas y máquinas y de estar en el hospital.  No tengo vida y no puedo estar con mi hija”.

Brenda siguió deteriorándose y Gloria luchaba con el deseo de su hija de dejarse ir. Sabía que la iba a extrañar y quería darle todas las oportunidades posibles. Pero para diciembre, Brenda se mantenía viva mediante un ventilador y los médicos le dijeron a Gloria que si la desconectaban, moriría. Gloria le preguntó a Brenda qué quería ella. “Ella me apretó la mano”, recuerda Gloria. “Estaba acabada, no más”.

Gloria y su esposo, José, acordaron desconectar a Brenda del ventilador el 26 de diciembre de 2019. “Fue el día más difícil de toda mi vida”, asegura. “Le acaricié las mejillas y le di un beso. Le dije que se podía ir, que todo iba a estar bien”.

Sus riñones y su hígado le salvaron la vida a tres personas. “Quisiera saber a quién ayudó Brenda. Me encantaría hablar con ellos”, comentó Gloria.

Gloria y Brenda posan para la foto. Gloria asegura que la experiencia de su familia con la donación de órganos la inspiró a ofrecerse de voluntaria y a compartir la historia de Brenda con otras personas.

Dar el regalo de la esperanza… y de la vida

Después de que murió Brenda, Gloria la extrañaba intensamente, y descubrió que estaba enojada con Dios y cuestionaba la decisión de su hija. Después soñó con Brenda. “Me dijo: ‘Estoy bien pero, por favor, cuida a mi hija’. Desperté muy feliz y con el corazón en paz”.

Gloria dice que su experiencia la motivó a ser voluntaria en Gift of Hope, para ayudar a otras personas que estén pasando por lo que ella vivió. Quiere ayudarlas a entender que su ser querido puede ser donador y dar el regalo de esperanza de una vida mejor.

“La vida es como una flor, que disfruta del sol pero que un día muere”, afirma Gloria. “Y así está bien. Tenemos algo que hacer en esta vida y cuando lo hayamos hecho, entonces tenemos que irnos”.